Day of Deceit: The Truth about FDR and Pearl Harbor, desvela el memorándum que contenía los 8 puntos para provocar un ataque japonés contra los EE.UU.
En el año 2001 Robert B. Stinnett publicó su libro "Day Of Deceit: The Truth About FDR and Pearl Harbor" basado en documentos de la Inteligencia Naval después de una persistente solicitud de acceso a los mismos iniciada en 1983, y que dio su fruto al ser desclasificados en 1994.
Dos semanas después de Pearl Harbor, la Marina clasificó todos los documentos anteriores como TOP SECRET, todos los radio operadores y criptógrafos fueron amenazados con prisión y pérdida de todos los beneficios si revelaban cualquier hecho relacionado con las defensas antes del 7 de diciembre de 1941.
El Director Naval de Comunicaciones, Contralmirante Leigh Noyes, comunicó a todos los comandantes "destruir todas las notas o cualquier evidencia escrita".
Es sintomático que en 60 años fueron realizadas nueve investigaciones oficiales y en ninguna de ellas fueron convocados representantes de los medios de comunicación que sirvieron para alentar las masas y desviar la atención sobre la verdad.
Tampoco los representantes del Congreso tuvieron acceso a esos documentos.
En el libro se presentan pruebas irrefutables que exoneran a Kimmel y Short de todas las acusaciones debido a una confabulación entre la Casa Blanca, los altos mandos militares y grandes medios de comunicación radial y escrita. Stinnett prueba que tanto a Kimmel como a Short les ocultaron informes de inteligencia que eran conocidos por el Presidente Roosevelt y el Estado Mayor Conjunto en Washington.
Nueva luz se ha arrojado sobre Pearl Harbor a través del reciente trabajo de Robert B. Stinnett, un veterano de la Armada de la II Guerra Mundial. Stinnett ha obtenido numerosos documentos relevantes a través de la Ley de Libertad de Información (FOIA).
En Day of Deceit: The Truth about FDR and Pearl Harbor (El día del engaño - La verdad sobre FDR y pearl Horbor), publicado a mediados del año 2.000, libro bruscamente desechado por el director Bruckheimer, se revela que el plan de Roosevelt para provocar a Japón comenzó con un memorando del Teniente Comandante Arthur H. McCollum, Jefe de la mesa de la oficina de inteligencia naval del extremo oriental.
El memorando abogaba por ocho acciones previstas para llevar a Japón a atacar a los Estados Unidos.
McCollum escribió:
"Si por estos medios Japón pudiera ser llevado a cometer un acto abierto de guerra, tanto mejor".
Si bien no puede excusar a Japón por su beligerancia en aquellos días, también es cierto que nuestro gobierno provocó a ese país de diversas maneras:
- Congelando sus activos en América.
- Cerrando el Canal de Panamá a su transporte marítimo;
- Detención progresiva de exportaciones vitales a Japón hasta que finalmente se unió a Gran Bretaña en un completo embargo.
- Enviando una nota hostil al embajador japonés denotando amenazas militares si Tokio no modificaba su política en el Pacífico.
- Y el 26 de noviembre, justo 11 días antes del ataque japonés, enviando un ultimátum que exigía, como requisitos previos a la reanudación del comercio, que Japón retirara todas las tropas de China e Indochina, y, en la práctica anular su Tratado tripartito con Alemania e Italia.
Después de reunirse con el Presidente Roosevelt el 16 de octubre de 1941, el Secretario de Guerra Henry Stimson escribió en su diario:
"Nos enfrentamos a la delicada cuestión de la esgrima diplomática para estar seguros de que Japón se equivoca y hace mal su primer movimiento - ostensible movimiento".
El 25 de noviembre, el día antes de que el ultimátum fuera enviado a los embajadores de Japón, Stimson escribió en su diario:
"La cuestión era cómo había que manejarlos [a los japoneses] para llevarlos a la posición de disparar el primer tiro ...."
El cebo ofrecido a Japón fue nuestra Flota del Pacífico. En 1940, el Almirante J.O. Richardson, comandante de la flota, voló a Washington para protestar contra la decisión de FDR de atracar la flota permanentemente en Hawai en lugar de su normal de punto de atraque en la Costa Oeste de los EE.UU..
El almirante tenía buenas razones: Pearl Harbor era vulnerable a los ataques, siendo accesible desde cualquier dirección, no podía ser equipada de manera eficaz con redes y deflectores de defensa contra aviones torpedo, y en Hawai sería difícil proveer y entrenar al personal a bordo de buques infratripulados.
Pearl Harbor también carecía de suficientes suministros de combustible y diques secos, mantener a los hombres lejos de sus familias, crearía problemas de moral. La discusión se acaloró. Richardson dijo:
"Me marché con la impresión de que, a pesar de haberlo dicho bien alto, el Presidente estaba plenamente decidido a poner a los Estados Unidos en la guerra si Gran Bretaña podía aguantar hasta que fuera reelecto."
Richardson fue rápidamente relevado del mando, su sustituto fue el Almirante Husband E. Kimmel. Kimmel también informó a Roosevelt de las deficiencias de Pearl Harbor, pero aceptó la colocación allí, confiando en que Washington le notificaría de cualquier información de inteligencia que indicara un ataque. Puso su confianza en lugar equivocado.
Mientras Washington veía como Japón preparaba su asalto a Pearl Harbor, el almirante Kimmel, así como su homólogo del Ejército en Hawai, el General Walter C. Short, eran mantenidos completamente fuera de la línea de información.
Fuente: TejSofT
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